domingo, 27 de abril de 2014

Espermatogénesis

la espermatogénesis es el proceso por el que se producen espermatozoides haploides en los túbulos seminíferos testiculares. En seres humanos, ello tarda 65 a 75 días. La espermatogénesis comienza con los espermatogonios, que poseen el número diploide(2n) de cromosoma. Son células madre, ya que después de su mitosis algunas de las células hija permanecen cerca de la membrana basal del túbulo seminífero en estado indiferenciado y sirve como células de reserva para la mitosis y producción de espermatozoides subsiguientes. El resto de las células pierde contacto con la membrana basal, experimenta cambios propios de su desarrollo y se diferencia en espermatocitos primarios. Éstos, al igual y se diferencia en espermatocitos primarios. Éstos, al igual que los espermatogonios, son diploides (2n), es decir, poseen 46 cromosomas.
Cada espermatocito primario crece antes de dividirse. Luego, ocurre dos divisiones nucleares como parte de la meiosis I, se replica el ADN, se alinean los pares de cromosomas homólogos en la placa de metafase y ocurre el entrecruzamiento. Luego, se forma el hueso meiótico, que tira de uno de los cromosomas(duplicados) de cada par hacia un polo opuesto de la célula en división.
Esta distribución aleatoria de los cromosomas de orígenes materno y paterno es otra razón de la variabilidad genética de los gametos. Las células que se forman con la meiosis I son los espermatocitos secundarios, que poseen 23 cromosomas, el número haploide. Sin embargo, cada cromosoma de estas células se compone de dos cromátides(dos copias del ADN) todavía unidas por un centrómero.
En la meiosis II no ocurre la replicación del ADN. los cromosomas se alinean en una sola fila a lo largo de la placa de la metafase y las cromátides de cada cromosoma se separan una de la otra. Las células resultantes de la meiosis II son las espermátides, cada una de las cuales es haploide. Así pues, un espermatocito primario produce cuatro espermátides en dos divisiones celulares, las meiosis I y II.
Un proceso singular y muy interesante ocurre durante la espermatogénesis. Al proliferar los espermatozoides, no se completa la separación citoplásmica (citonesis). Las cuatro células hija permanecen en contacto, gracias a puentes de citoplasma, durante todo su desarrollo. Lo más probable es que esta forma de desarrollo explique la producción sincronizada de espermatozoides en cualquier área de los túbulos seminíferos. Además, podría tener valor para la supervivencia de la especie, ya que la mitad de los espermatozoides contiene un cromosoma X, más grande, tendría los genes necesarios para la espermatogénesis, carentes en el cromosoma Y, más pequeño.
La espermiogénesis es la fase final de la espermatogénesis y consiste en la transformación de las espermátides en espermatozoides. En ella no ocurre la división celular, de modo que cada espermátide origina un solo espermatozoide.
El proceso por el cual éste se desprende de la célula de Sertoli es la espermiación. Luego, Los espermatozoides pasan a la luz del túbulo seminífero y fluyen hacia los conductos testiculares.
Los espermatozoides maduran con ritmo de unos 300 millones diarios y, una ves eyaculados, generalmente no sobreviven más de 48 horas en el aparato reproductor de la mujer. Cada espermatozoide consta de estructuras muy especializadas para llegar a un coito secundario y penetrarlo: Cabeza, pieza media y cola.
La cabeza posee material nuclear (ADN) y un acrosoma, vesícula que contiene hialuronidasa y proteinasas, enzimas que facilitan la penetración del oocito secundario. Numerosas mitocondrias de la pieza media se encargan del metabolismo que produce ATP para la locomoción. La cola, que es un flagelo común y corriente, impulsa el espermatozoide en su trayecto.




Semen

El semen es una mezcla de espermatozoides y líquido seminal, el cual consiste a su vez una mezcla de secreciones de los túbulos seminíferos, vesículas seminales, próstata y glándulas de Cowper. El volumen de semen en cada eyaculación suele ser de 2.5 a 5 mL, con cuenta(concentración) de espermatozoides de 50 a 150 millones por mililitro. El varón cuya cuenta está por debajo de 20 millones por mL probablemente es estétil. Se requiere que los espermatozoides eyaculados sean tan numerosos porque sólo una diminuta fracción llega al oocito secundario.
No obstante la acidez leve líquido prostático, el semen tiene pH ligeramente alcalino, 7.2 a 7.7, lo cual resulta del pH más alto y mayor volumen de líquido que provienen de las vesículas seminales. Las secreciones prostáticas le confieren aspectos lechosos, mientras que las de vesículas seminales y glándulas de Cowper le dan al semen su consistencia adherente. El líquido seminal proporciona un medio de transporte y nutrimentos a los espermatozoides, además de neutralizar  el entorno ácido hostil de la uretra masculina y la vagina.
Por añadidura, el semen contiene un antibiótico, la seminalplasmina, que mata ciertas bacterias. Puesto que el semen y la porción inferior del aparato reproductor de la mujer contienen bacterias, dicha actividad antibiótica ayuda a controlar su proliferación.
Una vez eyaculado, el semen líquido se coagula en no más de 5 min por la presencia de las proteínas de coagulación provenientes de las vesículas seminales. Aunque se desconoce la función que desempeña su coagulación, las proteínas que la causan difieren de las correspondientes a la coagulación sanguínea. Luego de 10 a 20 min, el semen se vuelve nuevamente líquido por acción del antígeno prostático específico y otras enzimas de la próstata, que disuelven el coágulo. Que dicha licuefacción sea anormal o se retrase puede causar la inmovilización parcial o total de los espermatozoides y, con ello, inhibir su movimiento por el cuello del útero.

jueves, 10 de abril de 2014

Aparato reproductor del varón

Los órganos del aparato reproductor en el varón son los testículos, un sistema de conductos (que abarca los conductos deferentes, eyaculadores y la uretra), glándulas sexuales auxiliares (vesícula seminal, próstata y glándulas de Cowper o bulbouretal) y diversas estructuras de sostén, incluidos el escroto y pene. Los testículos o gónadas masculinas producen espermatozoides y secretan hormonas. Un sistema de conductos transportan y almacenan los espermatozoides, participan en su maduración  y los lleva al exterior. El semen contienen espermatozoides y secreciones que provienen de las glándulas sexuales auxiliares.


Testículos

Los tésticulos son un par de glándulas ovales de unos 5 cm de longitud por 2.5 cm de diametro, cada uno con peso de 10 a 15 g. Estas glándulas se desarrollan cerca de los riñones, en la porción  posterior del abdomen, y generalmente inician su descenso al escroto por el conducto inguinal en la segunda mitad del séptimo mes de desarrollo fetal. Una serosa, la túnica vaginal, derivada del peritoneo y que se forma durante el descenso testicular, cubre particularmente a los testículos. En plano profundo a ella, está una cápsula fibrosa densa y blanca, la túnica albugínea, que se extiende hacia el interior y forma tabiques que dividen a los testículos en un conjunto de compartimientos internos, los lóbulos testiculares, cada uno de los cuales (200 a 300) contiene uno a tres túbulos muy contorneados, los túbulos seminíferos, donde se producen los espermatozoides.
Las células espermatógenas son las que están en cualquier etapa de maduración de los espermatozoides. La producción de éstos se inician en células madre, los espermatogonios, ue revisten la periferia de los túbulos seminíferos. Estas últimas células se desarrollan a partir de células germinativas primordiales, que surgen del endodermo del saco vitelino y entran a los testículos en etapa temprana del desarrollo. En los testículos embrionarios, dichas células se diferencian en espermatogonios, que permanecen latentes durante la niñez. Al llegar la pubertad, se inicia en ellas la mitosis, seguida de meiosis y, finalmente, se da una diferenciación que lleva a la producción de espermatozoides. En dirección a la luz del túbulo, hay capas de células cada vez maduras. En orden de madurez, se trata de los espermatocitos primarios, secundarios, espermátides y espermatozoides.
Cuando un espermatozoide o espermatozoo está a punto de terminar su etapa de maduración, es liberdo en la luz del túbulo seminífero.
Incluidas entre las células espermatógenas de los túbulos están las células de Sertoli o células sustentaculares, que se extienden desde la membrana basal hasta la luz del túbulo. Justo en plano interno a la menbrana  basal, las células de Sertoli adyacentes se juntan unas con otras por uniones estrechas, que forman la barrera hematotesticular. A fin de llegar a los gametos en desarrollo, las sustancias deben primero cruzar Sertoli. El aislamiento de las células espermatógenas respecto de la sangre hace que la barrera mencionada prevenga respuestas inmunitarias contra los antígenos de superficie de dicha células, que el sistema inmunitario reconoce como extraños.
Las células de Sertoli brindan sostén y protegen las células espermatógenas y espermatozoides; nutren los espermatocitos, espermátides y espermatozoids; fagocitan el citoplasma excesivo de las espermátides conforme avanza su desarrollo y controlan los movimientos de las células espermatógenas y la liberación de espermatozoides en la luz de los túbulos seminíferos. Además, producen líquido para el transprte de los espermatozoides, secretan proteína ligadora de andrógenos (PLA) y la hormona inhibina, y median los efectos de otras hormonas.

En los espacios existentes entre túbulos seminíferos adyacentes, existen grupos de las llamadas células intersticiales de Leydig o endocrinocitos intersticiales. Estas células secretan la testosterona, que es el andrógeno (hormona sexual masculina) más importante.





Escroto

El escroto, la estructura de sostén de los testículos, es un saco que consta de piel laxa y una fascia superficial que cuelga de la raíz o base del pene. Desde el exterior, parece uns sola bolsa de piel, separada en parte derecha y izquierda por un reborde mediano, el rafe, mientras que internamente el tabique escrotal lo divide en dos sacos, cada unos de los cuales contiene un testículo. El tabique consiste en fascia superficial y tejido muscular, el llamado músculos dartos, que se compone de haces de fibras de músculo liso, también está presente en el tejido subcutáneo del escroto y guarda continuidad directa con el subcutáneo de la pared abdominal. al contraerse, el dartos causa las arrugas en la piel del escroto.
La localización del escroto y la contracción de sus fibras musculares regulan la temperatura de los testículos. Ésta, 2 a 3 °C menor que la temperatura corporal central, es necesaria para la producción normal de espermatozoides y se logra en el escroto porque está fuera de la cavidad pélvica. El músculo cremáster consiste en una pequeña banda de tejido muscular esquelético en el cordón espermático, que es continuación del músculo oblicuo menor del abdomen y eleva los testiculos durante la exposición al frío y la excitación sexual.
Ello acerca a los testículos de la cavidad pélvica, donde absorben parte del calor corporal, con lo que se invierte el proceso.
Además, el músculo dartos se contrae en respuesta al frío y se relaja con el calor.


Meiosis I y II

Meiosis II

La meiosis I, que se inicia cuando termina la replicación de los cromosomas, comprende cuatro fases: profase I, me- tafase I, anafase I y telofase I. La profase I es prolongada, en ella los cromosomas se acortan y engruesan, desaparecen tanto la envoltura nuclear como los nucléolos, y aparece el huso mitótico. En contraste con la profase de la mitosis, los cromosomas quedan dispuestos en pares homólo­gos. En la metafase I, estos pares se alinean a lo largo de la placa de la metafase celular, de modo que los cromosomas homólogos quedan uno al lado del otro (apareamiento que no ocurre en la mitosis). El área pericentriolar de un centrosoma forma microtúbulos de cinetocoro, que unen los centrómeros con los polos opuestos de la célula. Durante la anafase I, se separan los miembros de cada par homólogo, que se mueven a polos opuestos de la célula. Los centrómeros no se separan y las cromátides apareadas, a las que une un centrómero, permanecen juntas. (En la anafase de la mitosis, los centró­meros y cromátides homólogas se separan.) La telofase I y la citocinesis son similares a las de la mitosis. El efecto final de la meiosis I es que cada célula hija contiene el número haploide de cromosomas, es decir, sólo un miembro de cada par de cromosomas homólogos presentes en la célula madre. Dos fenómenos que no ocurren en la profase I de la mitosis (o en la II de la meiosis) tienen lugar en la profase I de esta última. En primer término, las dos cromátides de cada par de cromosomas homólogos se separan, lo cual se llama sinapsisLas cuatro cromátides resultantes forman una tétradaEn segundo, suele haber un intercambio de porciones de cromáti­des, es decir, el entrecruzamiento. Este proceso, además de otros, permite que cromátides homólogas inter­cambien genes, de modo que las células hija resultantes difieran géneticamente entre sí, al igual que de la célula madre que las produjo. El entrecruzamiento causa la recombinación genética (formación de nuevas combinaciones de genes) y explica en parte la gran diversidad genética entre seres humanos y otros organismos que forman gametos por dio de la meiosis.

Meiosis II


La segunda etapa, denominada meiosis II, tambiém ta de cuatro fases: profase II, metafase II, anafase II y telofase II. Estas fases son similares a las de la mitosis: se separan los centrómeros y las cromátides homólogas se separan y mueven hacia polos opuestos de la célula.

En resumen, la meiosis I comienza con una célula madre diploide y termina con dos células hija, cada una con el número haploide de cromosomas. Durante la meiosis II, se divide cada célula haploide formada en la meiosis I y el resultado final consiste en cuatro células haploides genéticamente distinta

Meiosis

Durante el desarrollo de los gametos, la meiosis hace que se produzcan células haploides, que sólo contienen 23 cromosomas. este proceso tiene lugar en dos etapas sucesivas,

Las meiosis I y II. Durante la interfase que precede a la meio­sis I, los cromosomas se replican de modo similar a lo que ocurre en la interfase previa a la mitosis de la división de cé­lulas somáticas.

Reloj Mundial


Ponlo En Tu Idioma



Reloj - Perú








Buena Música